Wednesday, December 2, 2015

El Planeta Reformado: Cómo la Geoingeniería Podría Cambiar el Mundo (The Planet Remade) Extractos Traducidos y comentarios






La traducción literal del título sería “El Planeta Rehecho”, pero me parece más apropiado usar la palabra reformado, otra podría ser… reconstruido.

El título en inglés y mi traducción:

The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World
El Planeta Reformado: Cómo la Geoingeniería Podría Cambiar el Mundo
Oliver Morton

Princeton University Press (U.S. November 3, 2015)
ISBN: 9780691148250
Página oficial de la casa editorial:
http://press.princeton.edu/titles/10657.html

Hasta abajo después de todos los comentarios se puede encontrar la tabla de contenido completa en inglés.  También se pueden encontrar enlaces para amazon y google books.

Traducción y comentarios por Oscar A. Escobar
Florida, USA – Gt. Diciembre 2, 2015
Ultima edición Diciembre 3, 2015


El autor del libro usa el término “veilmaking” (HacerVelos o HacerCortinas) para referirse a las técnicas de geoingeniería climática que utilizan aerosoles troposféricos/estratosféricos, principalmente de azufre, para aumentar el albedo o brillo del planeta y así bloquear una porción de la luz solar que calienta la tierra. Esta técnica se conoce como Gestión de la Radiación Solar (GRS).
OE.


Extractos:
(Las itálicas son mías)

Reducir los aerosoles troposféricos es un problema urgente; hacer velos (cortinas) estratosféricos (veilmaiking) sigue de este lado de la geopoética (todavía es teórico), y enormemente divisivo. Los países están dispuestos a poner en peligro a sus ciudadanos a través de la contaminación del aire mal regulado debido a la importancia económica que ponen en la generación de energía para la industria y tener coches y furgonetas para que la gente se mueva.  Bien podría ser también que los ponen en peligro a causa de la fuerza política de las personas que hacen la generación (de energía) y quienes hacen uso de los coches.  Pero no los dejaran sufrir mientras tratan de desarrollar y ponerse de acuerdo en alguna alternativa de-castillos-en-el-cielo (inútil), cuyos beneficios son especulativos y globales. Las emisiones de azufre serán reducidas independientemente de si su enfriamiento pueda ser reemplazado.

El ejemplo más notable de esto, creo, no viene de un país, sino del establecimiento de normas progresivamente más estrictas para (regular) la cantidad de hollín y azufre que pueden emitir cuando están en el corazón de los océanos.  Asumir esta tarea le había dado a la OMI (La Organización Marítima Internacional) influencia reguladora sobre el albedo de más de la mitad de la superficie de la Tierra - y por lo tanto una mayor posibilidad de jugar con los parámetros del clima del que actualmente goza la CMNUCC.

Los efectos de las emisiones de azufre en el mar pueden ser particularmente fuertes debido al efecto Twomey.  Sobre la tierra, donde todo desde el polvo hasta la caspa es constantemente soplado por el viento, las nubes raramente son limitadas por la falta de núcleos de condensación.  A través de los mares, donde el aire es más limpio, (las nubes) son a menudo limitadas de esta manera.  La mayoría de los núcleos de condensación que están disponibles provienen de compuestos de azufre producidos por el plancton; en la década de 1980 (James) Lovelock trabajó con el experto en aerosoles Robert Charlson y otros más para demostrar que las emisiones de azufre del plancton probablemente mantienen el planeta significativamente más frío, de lo que de otra forma sería, al fomentar la formación de nubes de esta manera.  Los cambios en la circulación oceánica o en los patrones de fertilización que desalientan (al plancton) de este trabajo podrían dar lugar a efectos negativos sobre el clima, una no-linealidad que se debe tener en cuenta.

Pero algo del azufre del océano-medio proviene de los barcos, y siendo así (estos) también producen cierto enfriamiento planetario.  Se ha calculado que las nuevas normas de emisiones que la OMI está implementando en esta década reducirán los efectos de enfriamiento de la contaminación mundial algo así como un tercio de un vatio por metro cuadrado - un efecto considerablemente mayor, los modelos sugieren, que el de todo el dióxido de carbono emitido por cada generador y motor en el mundo en los mismos diez años.  Esas nuevas normas también, de acuerdo con un análisis que lo acompaña, salvan algo así como 40.000 vidas al año, porque lo que se emite en medio de los océanos no se queda en medio de los océanos; es soplado hacia la orilla, donde aumenta el daño causado por la contaminación a los pulmones susceptibles.

¿Creo yo que es realista imaginar que la OMI podría, como resultado de un debate de gran-alcance/gran-envoltura/rompe-limites, llegar a un gran acuerdo tipo-Crutzen en el que el enfriamiento que se retira se trate de reparar mediante la implementación de un brillo de reemplazo?  En realidad no; pero sigue siendo sorprendente - no, impactante - que por lo que yo puedo determinar ni siquiera se mencione el asunto, a pesar de que los propios asesores técnicos de la OMI utilizan el término "geoingeniería" en algunos de sus análisis.  Las conversaciones tienen que empezar en alguna parte, y ese habría sido un buen lugar para empezar una.

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 293 – 296), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

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Desafortunadamente, cuando empiezas a aproximarte a las escalas globales, abrillantar sólo una parte del mundo puede tener consecuencias muy lamentables.  Un estudio de HacerVelos (de aerosol-GRS) por Jim Haywood, un modelador en la Oficina Meteorológica de Gran Bretaña, lo deja muy claro.  Pulsando los cambios en uno de los escenarios del modelo GeoMIP descritos en el capítulo cuatro, Haywood y algunos colegas compararon un planeta de efecto invernadero con un par de planetas diseñados; en uno de ellos todo el enfriamiento se llevó a cabo en el hemisferio norte, y en el otro todo estaba en el hemisferio sur, una regionalización que probablemente se alcanzaría si el velo de enfriamiento se emplazara solamente con aeronaves en el hemisferio apropiado y lejos del ecuador.

El encontró que en el escenario de enfriamiento-solo-en-el-norte hubo sequías terribles en el Sahel, debido a que la Zona de Convergencia Intertropical, un cinturón lluvioso alrededor del ecuador, se aleja del continente más frío, llevándose consigo su lluvia.  Este efecto no sólo aparece en los modelos.  De los cuatro peores años de sequía en el Sahel durante el siglo XX, tres tuvieron lugar después de erupciones volcánicas lo suficientemente alejadas hacia el norte del ecuador enfriando sólo el hemisferio norte - el año después de la erupción de Katmai en las Aleutianas (1913), y en el año de y el año después de la erupción de El Chichón en México (1982 y 1983).  También hay un importante cuerpo de evidencia que sugiere que los efectos de enfriamiento de los aerosoles de sulfatos del norte industrial jugaron un papel en las sequías en el Sahel de los años 1970s y 1980s.

La lección más evidente a partir de la simulación de Haywood es que nadie debe tratar de enfriar el planeta simplemente enfriando el hemisferio norte.  La lección más general es que el enfriamiento en algunas partes del planeta puede tener grandes efectos en otras partes.  El sistema climático funciona de tal manera que si perturbas una pequeña parte debes de esperar ver respuestas en otras partes muy lejanas; existen patrones de presión atmosférica y circulación que pueden cambiar de un estado a otro en una escala global.  Justamente es debido a esa clase de "teleconexiones" que los efectos de un cuerpo caliente de agua que se mueve a través del Pacífico - la esencia del evento El Niño - se puede esperar de manera fiable que produzca un patrón ampliamente previsible del cambios desde la Ciudad del Cabo (en Sudáfrica) hasta California.

Stephen Salter imagina que podría ser posible usar estas teleconexiones para ajustar los efectos de un esquema de geoingeniería del clima, evitando algunas áreas y redoblando en otras con el fin de obtener un patrón preseleccionado de efectos beneficiosos en todo el planeta.  Pocas personas con experiencia en la ciencia del clima creen esto.  Más bien, se preocupan de que al concentrar el enfriamiento en lugares particulares podrías hacerle daño a los demás sin comprender del todo el porqué – que las teleconexiones son un error, no una característica.

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 306 – 308), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

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"Con unos pocos vuelos diarios desde cada sitio, dispersan unas pocas decenas de miles de toneladas de aerosoles a la estratosfera durante el primer año.  Dispersados cómodamente por encima de la tropopausa tropical y subtropical en ambos hemisferios, esto forma un velo muy tenue, tolerablemente parejo.  Había existido una vez un satélite dedicado a medir la densidad de los aerosoles estratosféricos que podría haber permitido a los investigadores darse cuenta de la creación del velo, pero después de llegar el fin de vida del satélite nadie lo reemplazó - siempre hay algún grupo con un conjunto aún más interesante de medidas para hacer, y hay un límite a las misiones que puedes lanzar.

Después de 18 meses de operaciones, el Concierto anuncia lo que ha estado haciendo en la cumbre del clima de la CMNUCC de 202-.  El concierto presenta su programa como un acto de desobediencia civil. No es que, dicen los países, en realidad estén violando el derecho internacional.  Si sus acciones fueran hostiles habrían estado en violación de la convención ENMOD; si han causado un daño demostrable, podrían ser responsables en virtud del derecho internacional consuetudinario. Ninguno es el caso, dice el Concierto.  Pero los países haciendo el velo están felices de admitir que están violando las normas de las relaciones internacionales de una manera que podría incomodar, molestar, incluso dar un shock.  La desobediencia civil hace eso. Cuando hay una causa justa por la cual luchar, argumenta el Concierto, y cuando no existe un foro en el que la lucha por esta causa muestre alguna señal de avance, entonces algo así como la desobediencia civil es exigida. Desobedecer el tenor de los tiempos, dicen, no es un delito. Es un deber.

El objetivo práctico de su acción, explica el Concierto, es sencillo y limitado. No tiene la intención de detener o revertir el calentamiento; sólo tiene la intención de reducir su velocidad.  Su plan es el de espesar el velo al ritmo que sus modelos climáticos creen va a mantener la tasa de calentamiento en o por debajo de 0.1ºC por década.  Un límite a la tasa de variación de la temperatura, los de mentalidad histórica recuerdan, (esto) había sido un objetivo ampliamente debatido cuando la acción sobre los gases de efecto invernadero se planteó por primera vez en la década de 1980.  El objetivo del concierto, si lo pudiera alcanzar, significaría que durante el resto del siglo la temperatura se elevaría casi tanto como lo hizo durante el siglo XX. La variación acumulada a finales del siglo se mantendría por debajo del límite de los 2ºC. Qué tan espeso el velo podría tener que ser para lograr esto dependería de las emisiones futuras; incluso si no se vigilara, el velo no alcanzaría espesores como los del Pinatubo durante casi un siglo.

Pero el concierto deja claro que no quiere que las emisiones sigan sin ser controladas.  Quiere que las otras naciones se comprometan, de la misma forma que sus miembros lo han hecho, a recortes bastante fuertes en las emisiones. Y es feliz de dar la bienvenida a sus filas a las naciones que hacen este tipo de compromisos, especialmente si también se comprometen con el desarrollo y despliegue, eventual, de tecnologías para la eliminación de dióxido de carbono.  Como miembros nuevos del Concierto, esas naciones  asociadas obtienen una voz en las decisiones sobre la revisiones al plan de HacerVelos en vista a nuevos datos de monitoreo y nueva comprensión del sistema terrestre - los miembros originales del concierto están conscientes de que comenzaron con supervisión inadecuada y conocimiento incompleto, y están dispuestos a reducir los riesgos que esto acarreó - así como las revisiones que pudieran ser requeridos por las nuevas tendencias en las políticas de emisión.  Otros países no.

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 359 – 363), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

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"Este encadenamiento de especulaciones esta obviamente dirigido para hacer que la geoingeniería solar parezca una posibilidad un tanto atractiva.  ¿Qué, sin embargo, hay de las cuentas en esta cadena? Consideradas de forma aislada, independiente de la forma en que son encadenadas ¿son plausibles? En gran medida, creo que sí lo son."

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 365 – 367), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

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Mis comentarios:

Recomiendo altamente este libro como otra lectura esencial para aquellos que, como yo, proclaman oposición a la geoingeniería climática. Oliver Morton ofrece voluntariamente muchos blancos... y municiones para un debate racional y genuino, si es que se desea tener uno.  El libro ha sido publicado en un momento muy oportuno para generar algunas discusiones durante la Conferencia sobre el Cambio Climático de París (COP21).
Las Evidentes predilecciones políticas, económicas, energéticas y tecnológicas de Oliver Morton me conducen a pensar... ¿Es esto como la derecha estadounidense podría sonar si sus argumentos sobre el cambio climático y muchos otros más fueran repentinamente infundidos con algo de lógica y sensibilidad?

Aunque no comparto la falta de entusiasmo por las energías renovables de Oliver Morton y no estoy de acuerdo con muchas de las premisas para la aplicación de la geoingeniería, en mi opinión, el activismo en contra de ella debe tener cuidado en que no conduzca al término del debate público y la apertura sobre el estudio de la tecnología.  De hecho, es bastante claro para mí que el fin de ese debate público y el estudio de la geoingeniería no significarían el fin del desarrollo de estas tecnologías, ni el fin de la posibilidad del peligroso uso oculto de la geoingeniería-'contra-geoingeniería' ya sea con fines medioambientales, geopolíticos o militares.  De hecho, la falta de comprensión del público y de un gobierno verdaderamente vinculante de la ciencia y la tecnología seguirá amplificando los peligros de la geoingeniería mediante el negacionismo de la ciencia y del cambio climático.

Siento que la geoingeniería y la continua dependencia en los combustibles fósiles se promocionan aquí como el único camino (o uno casi inevitable) para un futuro próspero, populoso y más justo (un futuro que en lo personal me parece muy atractivo) pero yo no creo que estos no constituyen ni la única, ni la mejor ruta o incluso ni la más fácil.  De hecho, estudios recientes de la Agencia Internacional de Energía (AIE) proyectan que las renovables superaran al carbón tan pronto como en el 2030 como la mayor fuente de electricidad a nivel mundial.

El libro está escrito de forma lo suficientemente asequible para el lector profano en la materia como para  generar un entendimiento y apreciación no sólo de la historia, sino también de la ciencia y los conceptos tecnológicos, incluso donde he encontrado un lenguaje sofisticado y de palabras exuberantes (y aunque muy atractivo) que se interpone a un tema ya de por si complejo.  Pero eso es, por supuesto, una reflexión sobre mi propia falta de lenguaje y sofisticación literaria.  Aun así, esto no sucede de forma lo suficientemente frecuente como para evitar la lectura.  Aunque advierto, sin embargo, que en la introducción del libro, el tema titulado "Dos preguntas" (Two Questions) es la única parte que he encontrado un poco tediosa e incómoda. Mis capítulos favoritos en este libro son el Capítulo 10 "Azufre y  Espejos Empapados" y el Capítulo 12 "El Planeta Deliberado". Los extractos provienen de esos dos capítulos.

Los dejo con un par de estudios recientes muy interesantes que salieron sobre los aerosoles antropogénicos y otros comentarios que me parecen relevantes para este libro:

Approaches to Observe Anthropogenic Aerosol-Cloud Interactions
Enfoques para observar las interacciones antropogénicas Aerosol-Nube
Johannes Quaas - 11 de noviembre 2015
DOI: 10.1007 / s40641-015-0028-0
Obtenido en línea el 30 de noviembre 2015, desde:
http://link.springer.com/article/10.1007/s40641-015-0028-0/fulltext.html
"Contraste Hemisférico
La mayoría de las fuentes de aerosoles antropogénicos se encuentran en el hemisferio norte.  La corta vida del aerosol limita sus efectos también sobre todo al hemisferio norte, en el que se espera que los efectos de interacción de aerosol en la nube sea mucho mayor [78]. El SO2 antropogénico es, hasta un punto dominante, emitido en el Hemisferio Norte, con 98 frente a 6 Tg S año-1 [79].”

Impact of aerosol emission controls on future Arctic sea ice cover
Impacto de los controles de emisión de aerosoles en la cubierta futura de hielo marino en el Ártico
YO. Gagné, N. P. Gillett, J. C. Fyfe
22 de octubre 2015
DOI: 10.1002 / 2015GL065504
Obtenido en línea el 30 de noviembre 2015, desde:
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/2015GL065504/full
Aerosol reductions could account for up to 40 percent of future Arctic sea ice loss
Las Reducciones en aerosol podrían ser responsable de hasta el 40 por ciento de la pérdida futura de hielo marino en el Ártico
Por Leigh Cooper - 21 de octubre 2015
AGU Unión Geofísica Americana - Blogósfera
Obtenido en línea el 30 de noviembre 2015, desde:
http://blogs.agu.org/geospace/2015/10/21/aerosol-reductions-could-account-for-up-to-40-percent-of-future-arctic-sea-ice-loss/

Mass gains of Antarctic Ice Sheet greater than losses, NASA study reports
Aumentos de la masa de hielo Antártico superiores a las pérdidas, estudio de la NASA reporta
31 de octubre 2015 por Maria-José Viñas
Phys.Org
Obtenido en línea el 30 de noviembre 2015, desde:
http://phys.org/news/2015-10-mass-gains-antarctic-ice-sheet.html

OE. Cosas de interés y preguntas:

- ¡Qué grande es la diferencia entre hemisferios en las emisiones anuales de SO2 a partir de fuentes antropogénicas! Y recuerden que la erupción del Pinatubo expulsó "sólo" alrededor de 20 Tg de SO2 en 1991 compensando aproximadamente ½ grado de calentamiento global, dicen los estudios.  En lo personal, pienso que estos aerosoles antropogénicos son un gran factor en el llamado hiato o pausa.

- ¿Cuánto SO2 está llegando a la estratosfera?

- ¿Por qué el Ártico pierde hielo al mismo tiempo que se reporta que la Antártida aumenta su hielo, mientras que el hemisferio norte está emitiendo alrededor de 16 veces más aerosoles, lo que significa más enfriamiento regional? (Piense en el hiato y la negación del cambio climático).

- ¿Podría la pérdida de hielo del Ártico ser un efecto secundario de los altos niveles de SO2 troposféricos y el enfriamiento regional en el hemisferio norte? 

- ¿Podría ser que bajar los niveles de SO2 a partir de la reducción de fuentes antropogénicas en el hemisferio norte conduzcan a más enfriamiento Ártico como sucede en el Antártico,  o se acelerará el derretimiento como lo sugiere el segundo estudio?


Otras lecturas:

The Atmospheric Impact of the 1991 Mount Pinatubo Eruption
El impacto Atmosférico de la erupción de 1991 del Monte Pinatubo
Stephen Ser, 1 Jing Zhao Xia, 2 Rick E. Holasek, 1 3 Ronnie C. Torres, 1 4 y Alan J. king1
Obtenido en línea el 1 de diciembre 2015, desde:
http://pubs.usgs.gov/pinatubo/self
"Los efectos sobre el clima fueron un observado enfriamiento en la superficie en el hemisferio norte de hasta 0,5 a 0,6 ° C, lo que equivale a una reducción de 4 vatios por metro cuadrado en la radiación neta en todo el hemisferio y un enfriamiento tal vez tan grande como -0,4 ° C en gran parte de la Tierra en 1992-1993 "

WORLD ENERGY OUTLOOK 2015 FACTSHEET
PROYECTION ENERGETICA MUNDIAL 2015 HOJA INFORMATIVA
Global energy trends to 2040
International Energy Agency [PDF]
Retrieved online on December 1, 2015 from:
https://www.iea.org/media/news/2015/press/151110_WEO_Factsheet_GlobalEnergyTrends.pdf

The Planet Remade:
How Geoengineering Could Change the World
Oliver Morton
Princeton University Press ISBN: 9780691148250 (U.S. November 3, 2015):

Amazon:



Contents:

Introduction: Two Questions 1
Climate Risks and Responsibilities 5
The Second Fossil-Fuel Century 8
Altering the Earth System 22
Deliberate Planets, Imagined Worlds 26

Part One: Energies
1 The Top of the World 35
Discovering the Stratosphere 38
Fallout 43
The Ozone Layer 47
The Veilmakers 54
2 A Planet Called Weather 57
The Worldfalls 62
The Trenberth Diagram and Climate Science 66
Steam Engines and Spaceship Earth 71
3 Pinatubo 83
Volcanoes and Climate 86
Predictions and Surprises 93
4 Dimming the Noontime Sun 100
Rough Magic 107
Promethean Science 112
5 Coming to Think This Way 124
Martians and Moral Equivalents 129
The Day Before Yesterday 135
The Rise of Carbon Dioxide Politics 139
6 Moving the Goalposts 148
From Plan B to Breathing Space 156
Expanding the Boundaries 165

Part Two: Substances
7 Nitrogen 175
The Making of the Population Bomb 184
Defusing the Population Bomb 189
Far from Fixed 195
How to Spot a Geoengineer 201
8 Carbon Past, Carbon Present 209
The Anthropocene 219
The Greening Planet 229
9 Carbon Present, Carbon Future 243
Ocean Anaemia 251
Cultivating One's Garden 259
10 Sulphur and Soggy Mirrors 268
Global Cooling 274
Cloudships 283
Bright Patchwork Planet 288
What the Thunder Didn't Say 298

Part Three: Possibilities
11 The Ends of the World 305
Control and Catastrophe 312
Doom and Denial 317
The Traditions of Titans 323
A Tale of Two Cliques 332
After Such Knowledge 338
12 The Deliberate Planet 344
The Concert 347
Small Effects, and Bad Ones 359
And Straight on 'til Morning 369
Envoi 375

Acknowledgements 379
References, Notes and Further Reading 383
Bibliography 393

Index 415

Tuesday, December 1, 2015

The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (Excerpts and comments)



The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World
Oliver Morton
Princeton University Press (U.S. November 3, 2015)
ISBN: 9780691148250
Table of contents at end of article.


Comments by Oscar A. Escobar below the excerpts.
Florida, USA – Gt. December 1, 2015


Excerpts:

Cutting tropospheric aerosols is a pressing problem; stratospheric veilmaking is still just this side of geopoetry, and hugely divisive to boot. Countries are willing to endanger their citizens through poorly regulated air pollution because of the economic importance they put on generating energy for industry and having cars and vans to move people around. They may well also endanger them because of the political muscle of the people who do the generating and who make use of the cars. But they will not leave them suffering as they try to develop and agree on some pie-in-the-sky alternative, the benefits of which are speculative and global. Sulphur emissions will be cut regardless of whether their cooling can be replaced.

The most striking example of this, I think, comes not from one country but setting progressively stricter standards for the amount of soot and sulphur they can emit when out in the heart of the oceans. Taking on this task had given the IMO regulatory influence over the albedo of more than half of the Earth’s surface – and thus a far greater ability to play with the parameters of the climate than that currently enjoyed by the UNFCCC.

The effects of sulphur emissions at sea can be particularly strong because of the Twomey effect. Over land, where everything from dust to dandruff is constantly being blown into the air, clouds are rarely constrained by a lack of condensation nuclei. Over the seas, where the air is cleaner, they are often limited in this way. Most of the condensation nuclei that are available come from plankton-produced sulphur compounds; in the 1980s Lovelock worked with the aerosol expert Robert Charlson and others to show that sulphur emissions by plankton are probably keeping the planet significantly cooler than it would otherwise be by encouraging cloud formation in this way. Changes in ocean circulation or fertilization patterns that discouraged them from this work could lead to bad effects on the climate, a non-linearity to bear in mind.

But some of the mid-ocean sulphur comes from ships, and thus so does some planetary cooling. It has been calculated that the new emission standards the IMO is bringing into force this decade will reduce the cooling effects of global pollution by something like a third of a watt per square metre – a considerably greater effect, models would suggest, than that of all the carbon dioxide emitted by every generator and engine in the world over the same ten years. Those new standards will also, according to a companion analysis, save something in the region of 40,000 lives a year, because what is emitted over the mid-oceans does not stay over the mid-oceans; it is blown to shore, where it increases the damage done by pollution to susceptible lungs.

Do I think it realistic to imagine that the IMO might, as the result of a far-reaching envelope-stretching boundary-breaking debate, have come to a Crutzen-like grand bargain in which it sought to make good the cooling it was taking away by implementing a replacement brightening? Not really; but it remains striking – no, shocking – that as far as I can ascertain no one even mentioned the matter, even though the IMO’s own technical advisers used the term ‘geoengineering’ in some of their analyses. Conversations have to start somewhere, and that would have been a good place to start one.

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 293 – 296), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

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Unfortunately, when you start getting close to global scales, brightening just a part of the world can have rather unfortunate consequences. A veilmaking study by Jim Haywood, a modeller at Britain’s Met Office, makes the point clearly. Ringing the changes on one of the GeoMIP scenarios described in Chapter Four, Haywood and some colleagues compared a Greenhouse Planet with a pair of Engineered Planets; in one of them all the cooling took place in the northern hemisphere, and in the other it was all in the southern hemisphere, a regionalization which would probably be achievable if the cooling veil was emplaced only by aircraft in the appropriate hemisphere and a fair way from the equator. He found that in the northern-cooling-only scenario there were horrendous droughts in the Sahel, because the Intertropical Convergence Zone, a rainbelt around the equator, moves away from the cooler hemisphere, taking its rain with it. This effect does not just appear in models. Of the Sahel’s four worst years of drought during the twentieth century, three took place after volcanic eruptions sufficiently far north of the equator to cool only the northern hemisphere – the year after the Katmai eruption in the Aleutians (1913), and the year of and the year after the El Chichón eruption in Mexico (1982 and 1983). There is also a substantial body of evidence suggesting that the cooling effects of sulphate aerosols from the industrial north played a role in the Sahel droughts of the 1970s and 1980s.

The most obvious lesson from Haywood’s simulation is that no one should try to cool the planet just by cooling the northern hemisphere. The more general lesson is that cooling some parts of the planet can have large effects in others. The climate system works in such a way that if you perturb one bit of it you would expect to see responses in other bits a long way away; there are patterns of atmospheric pressure and circulation that can shift from one state to another on a global scale. It is due to just such ‘teleconnections’ that the effects of a warm body of water moving across the Pacific – the essence of an El Niño event – can be reliably expected to produce a broadly predictable pattern of change from Cape Town to California.

Stephen Salter imagines that it might be possible to use such teleconnections to fine-tune a geoengineering scheme’s effects on the climate, avoiding some areas and doubling down on others in order to get a pre-selected pattern of beneficial effects across the planet. Few people with a background in climate science believe this. Rather, they worry that by concentrating cooling in particular places you could do damage to others without fully understanding why – that teleconnections are a bug, not a feature.

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 306 – 308), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

                                                                                     -

 “With a few flights a day from each site, they deliver a few tens of thousands of tonnes of aerosol to the stratosphere over the first year. Sprayed out comfortably above the tropical and subtropical tropopause in both hemispheres, this forms a tolerably even, remarkably tenuous veil. There had at one time been a satellite devoted to measuring stratospheric aerosol density which might have allowed researchers to notice the veil’s creation, but after that satellite’s life was over no one replaced it – there’s always some group with an even more interesting set of measurements to make, and there are only so many missions you can launch.

After 18 months of operations, the Concert announces what it has been up to at the UNFCCC climate summit of 202–. The Concert presents its programme as an act of civil disobedience. Not, the countries say, that they are actually breaking international law. If their actions were hostile they would have been in breach of the ENMOD convention; if they caused demonstrable harm, they might be liable under customary international law. Neither is the case, says the Concert. But the countries making the veil are happy to admit that they are breaking the norms of international relations in a way that might inconvenience, discomfort, even shock. Civil disobedience does that. When there is a just cause to be fought for, the Concert argues, and when there is no forum in which the fight for that cause shows any sign of making progress, then something like civil disobedience is called for. To disobey the tenor of times, they say, is not a crime. It is a duty.

The practical aim of its action, the Concert explains, is straightforward and limited. It does not intend to stop or reverse warming; it intends only to slow it. It plans to thicken the veil at a pace that its climate modellers think will keep the rate of warming at or below 0.1ºC a decade. A limit to the rate of change of the temperature, the historically minded are reminded, had been a widely canvassed objective when action on greenhouse gases was first mooted in the 1980s. The Concert’s target, if it could deliver it, would mean that over the rest of the century the temperature would rise about as much as it did over the twentieth century. Cumulative change by the end of the century would remain below the 2ºC limit. How thick the veil might have to be to achieve this would depend on future emissions; even if they went unchecked, the veil would not reach Pinatubo thicknesses for almost a century.

But the Concert makes it clear that it doesn’t want emissions to go unchecked. It wants other nations to commit, as its members have, to quite steep cuts in emissions.  And it is happy to welcome to its ranks nations that make such commitments, especially if they also commit to the development and deployment, over time, of technologies for carbon-dioxide removal. As new members of the Concert, those acceding nations get a say in decisions about revisions to the veilmaking plan in view of new monitoring data and new understanding of the earthsystem – the original Concert members are aware that they started with inadequate monitoring and sketchy knowledge, and are keen to reduce the risks that brought with it – as well as revisions that might be required by new trends in the politics of emission. Other nations do not.”

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 359 – 363), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

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“This stringing together of speculations is obviously intended to make solar geoengineering look like a somewhat attractive possibility. What, though, of the beads on this string? Considered in isolation, independent of the way that they are strung together, are they plausible? To a large extent, I think they are.”

Morton, Oliver (2015-11-03) The Planet Remade: How Geoengineering Could Change the World (p. 365 – 367), Princeton University Press. Google Play, U.S. Edition.

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My comments:

I highly recommend this book as another essential read for those, who like me, proclaim opposition to geoengineering. Oliver Morton willingly provides plenty of targets… and ammunition for a rational and genuine debate, if one is wished to be had.  Great timing on the books’ release to garner some discussions during the Paris Climate Change Conference (COP21).

Morton’s evident political, economic, energy and technological predilections leads me to wonder… is this what the American right would sound like if their climate change and many other arguments were suddenly infused with some logic and sensibility?

Although I don’t share Oliver Morton’s lack of enthusiasm for renewables and I disagree with many premises for the implementation of geoengineering, in my view, activism against it should be careful in that it does not lead to an end of the public debate and openness about the study of the technology. In fact it is quite clear to me that an end to such  public debate and study of geoengineering will not mean the end of the technologies’ development, nor an end to the possibility of the dangerous use of concealed geoengineering-‘counter-geoengineering’ either for environmental, geopolitical or military purposes. In fact the lack of public understanding and a truly binding governance of the science and technology will continue to enhance the dangers of geoengineering via climate change and science denialisms.

I feel that geoengineering and the continued reliance on fossil fuels are touted here as the only path (or a nearly inevitable one) to a prosperous, populous and more just future (a future that I personally find very appealing) but I do not think they constitute neither the only nor the best path or even the easiest.  In fact, recent projections by the International Energy Agency (IEA) has renewables overtaking coal as early as 2030 as the largest source of electricity worldwide.

The book is lay-friendly enough to generate an understanding and appreciation not only of the history, but also the science and technological concepts even where I have found the sophisticated language and exuberant wordsmithing (although very appealing) getting in the way of an already highly complex subject.  But that is of course a reflection on my own lack of language and literary sophistication. Even so, this does not happen nearly enough to prevent reading.   Beware though, in the introduction of the book, the subject titled “Two questions” is the only part I have found a bit ‘draggy’ and awkward. My favorite chapters on this book are Chapter 10 “Sulphur and Soggy Mirrors” and Chapter 12 “The Deliberate Planet”.

I leave you with a couple of intriguing recent studies that came out on anthropogenic aerosols and further comments I think are relevant to this book:


Approaches to Observe Anthropogenic Aerosol-Cloud Interactions
Johannes Quaas – Nov 11, 2015
DOI: 10.1007/s40641-015-0028-0
Retrieved online on November 30, 2015 from:
http://link.springer.com/article/10.1007/s40641-015-0028-0/fulltext.html
“Hemispheric Contrast

Most anthropogenic aerosol sources are located in the Northern Hemisphere. The short lifetime of the aerosol confines their effects also mostly to the Northern Hemisphere, in which aerosol-cloud interaction effects are expected to be much larger [78]. Anthropogenic SO2 is, to a dominating extent, emitted in the Northern Hemisphere, with 98 vs. 6 Tg S year−1 [79].”

Impact of aerosol emission controls on future Arctic sea ice cover
M.-È. Gagné, N. P. Gillett, J. C. Fyfe
22 October 2015
DOI: 10.1002/2015GL065504
Retrieved online on November 30, 2015 from:
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/2015GL065504/full
Aerosol reductions could account for up to 40 percent of future Arctic sea ice loss
By Leigh Cooper - 21 OCTOBER 2015
AGU American Geophysical Union Blogosphere
Retrieved online on 30 November 2015 from:
http://blogs.agu.org/geospace/2015/10/21/aerosol-reductions-could-account-for-up-to-40-percent-of-future-arctic-sea-ice-loss/

Mass gains of Antarctic Ice Sheet greater than losses, NASA study reports
October 31, 2015 by Maria-José Viñas
Phys.Org
Retrieved online on November 30, 2015 from:
http://phys.org/news/2015-10-mass-gains-antarctic-ice-sheet.html


OE. Things of interest and questions:

-          How large the difference between hemispheres on annual SO2 emissions from anthropogenic sources is. And remember the Pinatubo eruption expulsed ‘only’ about 20 Tg of SO2 in 1991 offsetting about ½ a degree of global warming, studies say.  Personally, a large factor in the hiatus I think.

-          How much SO2 is reaching the stratosphere?

-          Why is the Artic loosing ice while the Antarctic is reportedly gaining while the northern hemisphere is emitting about 16 times more aerosols, which means more regional cooling? (Think hiatus and climate change denial).

-          Could the Arctic ice loss be a side effect of the high levels of tropospheric SO2 and regional cooling in the northern hemisphere?
 
-          Would lower levels of SO2 from the reduction of anthropogenic sources in the northern hemisphere lead to more Artic cooling as in the Antarctic or ice melt acceleration as the second study suggests?


Other readings:

The Atmospheric Impact of the 1991 Mount Pinatubo Eruption
Stephen Self,1 Jing-Xia Zhao,2 Rick E. Holasek,1 3 Ronnie C. Torres,1 4 and Alan J. King1
Retrieved online on December 1, 2015 from:
http://pubs.usgs.gov/pinatubo/self
“Effects on climate were an observed surface cooling in the Northern Hemisphere of up to 0.5 to 0.6°C, equivalent to a hemispheric-wide reduction in net radiation of 4 watts per square meter and a cooling of perhaps as large as -0.4°C over large parts of the Earth in 1992-93”

WORLD ENERGY OUTLOOK 2015 FACTSHEET
Global energy trends to 2040
International Energy Agency [PDF]
Retrieved online on December 1, 2015 from:
https://www.iea.org/media/news/2015/press/151110_WEO_Factsheet_GlobalEnergyTrends.pdf



The Planet Remade:
How Geoengineering Could Change the World
Oliver Morton
Princeton University Press ISBN: 9780691148250 (U.S. November 3, 2015):

Amazon:

Contents:
Introduction: Two Questions 1
Climate Risks and Responsibilities 5
The Second Fossil-Fuel Century 8
Altering the Earth System 22
Deliberate Planets, Imagined Worlds 26

Part One: Energies
1 The Top of the World 35
Discovering the Stratosphere 38
Fallout 43
The Ozone Layer 47
The Veilmakers 54
2 A Planet Called Weather 57
The Worldfalls 62
The Trenberth Diagram and Climate Science 66
Steam Engines and Spaceship Earth 71
3 Pinatubo 83
Volcanoes and Climate 86
Predictions and Surprises 93
4 Dimming the Noontime Sun 100
Rough Magic 107
Promethean Science 112
5 Coming to Think This Way 124
Martians and Moral Equivalents 129
The Day Before Yesterday 135
The Rise of Carbon Dioxide Politics 139
6 Moving the Goalposts 148
From Plan B to Breathing Space 156
Expanding the Boundaries 165

Part Two: Substances
7 Nitrogen 175
The Making of the Population Bomb 184
Defusing the Population Bomb 189
Far from Fixed 195
How to Spot a Geoengineer 201
8 Carbon Past, Carbon Present 209
The Anthropocene 219
The Greening Planet 229
9 Carbon Present, Carbon Future 243
Ocean Anaemia 251
Cultivating One's Garden 259
10 Sulphur and Soggy Mirrors 268
Global Cooling 274
Cloudships 283
Bright Patchwork Planet 288
What the Thunder Didn't Say 298

Part Three: Possibilities
11 The Ends of the World 305
Control and Catastrophe 312
Doom and Denial 317
The Traditions of Titans 323
A Tale of Two Cliques 332
After Such Knowledge 338
12 The Deliberate Planet 344
The Concert 347
Small Effects, and Bad Ones 359
And Straight on 'til Morning 369
Envoi 375

Acknowledgements 379
References, Notes and Further Reading 383
Bibliography 393

Index 415
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